http://www.amazon.es/El-silencio-hombre-ebook/dp/B00ESER8LS/ref=sr_1_4?ie=UTF8&qid=1379778971&sr=8-4&keywords=EL+SILENCIO+DE+UN+HOMBRE
MATADERO
Siempre el mismo sueño,
cada día al despertarme la misma sensación de soledad y ahogo. Mi vida antes
tan sencilla, se estaba complicando por momentos, por culpa de esa maldita
pesadilla. En el trabajo no rendía, los compañeros se reían de mí a mis
espaldas. Ahora la sangre me levantaba el estómago, ¿mi carrera de matarife en la plaza de toros estaba a punto de
terminar? ―me preguntaba sin encontrar una respuesta clara.
Era siempre el mismo
toro de hierro, venía detrás de mí y pretendía comerme. Yo no podía correr por
mi sobrepeso, me había convertido en un matador de toros pintado por Botero.
Intentaba escapar de él, pero todos mis esfuerzos por menear mi desmesurada
mole eran inútiles. El sudor me ahogaba, el aire se perdía antes de entrar en
mis pulmones. Quería correr pero mis pies estaban clavados a la arena del
ruedo. El toro se acercaba, sus colosales músculos crujían con cada movimiento.
Lo observaba desde la distancia y temblaba de miedo. Al menos siempre me
despertaba en el momento justo, cuando el astado abría la boca para engullirme
de un solo bocado.
Me levantaba de la cama
con una pesadez insufrible, quería ser otro, pero la imagen del espejo me lo
dejaba muy claro. No puedes cambiar, aunque lo desees, parecía decirme. No
sabía qué pensar. Abrí la puerta de cristal del espejo y con la vista busqué
las pastillas. Los calmantes me los tomaba a granel, me había convertido en un
adicto a los analgésicos. Lo importante no eran los colores, sino lo que éstos
hiciesen por mí. Poco a poco pasé de ser un experto matarife a un endeble
mental. La culpa, toda la maldita culpa, la tenía ese nefasto sueño. Ese
despreciable animal. No me dejaba en paz, lo sentía respirar en mi nuca cuando
conciliaba el más liguero de los sueños. Sus pezuñas de metal me martilleaban
sin descanso día y noche. Cuando entraba en la plaza a despedazar los toros de
lidia me ponía enfermo. Los miraba aterrorizado porque encada uno de ellos veía
la reencarnación de mi coloso; de mi pesadilla...
Había que terminar con
él de una vez por todas. Salí del trabajo como cada día. Los compañeros con su
bromas pesadas, yo sin decirles nada pero cagándome en la madre que los parió.
Los dejé atrás con sus risas, me acerqué a la parada y esperé a que llegase el
autobús. Las puertas se abrieron con un golpe seco, pero esta vez no me asusté
porque las esperaba. Era como en mi sueño, las puertas se abrían de par en par
y él salía embravecido. Mirando a un lado y a otro, hasta que mi cuerpo se
interponía en su campo visual… Subí las escaleras con pasos lentos, me sentía
algo mareado, pagué el importe y me senté. Me sequé el sudor que recorría mi
frente bastante despejada; no podía más. Tenía los nervios destrozados, tantas
noches sin dormir estaban pasándome factura. La hora se acercaba inexorable ―me repetí una y otra vez―. Con cada
parada iba notando con más fuerza los resoplidos del animal, de mi alter ego,
de mi igual. Bajé del autobús con dificultad. No tenía ganas de comer, pero me
obligué a entrar en la panadería. La panadera me saludó:
―Manuel, ¿cómo van las
cosas por el matadero, mucho trabajo? Oye, ¡tienes mala cara…!
No le respondí, para
qué. Cogí la barra con desgana y la pagué. No estaba para nadie y menos para
aquella cotilla. Ya en mi apartamento comí de forma frugal; no tenía hambre. Su
presencia no me dejaba tragar. Fui hasta mi habitación, abrí el cajón de la
mesilla, aparté los calcetines y los calzoncillos. Agarré con mi zarpa de oso
el revólver. Lo observé con detenimiento y sin pestañear le grité como un niño
rebelde a un padre despótico: ¡Te vas a joder! Hoy terminará todo para los dos.
Cargué las balas en el tambor, lo giré como un crupier experto. Me
imaginé en una mesa redonda jugando a ser un piel roja sediento de sangre.
Acaricié el gatillo y la bala hizo lo propio. La detonación me asustó, pero no
tuve tiempo de reaccionar. El beso de la muerte ya estaba dentro de mí. Antes
de perder el sentido por el impacto pude escuchar un mugido de cólera...
Supongo que mis sesos se desparramarían por el cabezal de mi cama. No importa ―reflexioné―, ya vendrá la casera y lo limpiará todo.
Que bien que te expresas, enhorabuena por el post
ResponderEliminarTraffic Club | www.discoduroderoer.es
Sorteo de licencias de WebSite X5 Evolution 10 http://goo.gl/raQjzi
Gracias por pasarte por el blog; un saludo.
EliminarMe gustó la historia, en especial el final. El narrador (tú) deja al narrador omnisciente peor que una zapatilla jeje. TRAFFIC CLUB. Saludos.
ResponderEliminary olvidé mi blog jaja: memoriasdeorfeo.blogspot.com
ResponderEliminarTRAFFIC CLUB
y olvidé mi blog jaja: memoriasdeorfeo.blogspot.com
ResponderEliminarTRAFFIC CLUB
Hola José, me ha gustado mucho el post; gracias por compartirlo. Un gran saludo, Oz.
ResponderEliminarTraffic Club.
http://terror-en-el-cine.blogspot.com/
Gracias a ti por leerlo. Un saludo
Eliminarexcelente post, como siempre saludos amigo nos vemooooooooooooos
ResponderEliminarTigrrrrrrrrrrrrrrrrrrra
TRAFFIC-CLUB
www.tigra-cuentosdehorror.blogspot.com
He elegido tu blog para el premio de Liebster Award, así que si te interesa visita mi blog para echarle un vistazo ;).
ResponderEliminarhttp://mietereomausoleo.blogspot.com.es/2013/09/mi-etereo-mausoleo-nominado-premio-liebster-award.html
Muy interesante lo que escribes...
ResponderEliminarTRAFFIC-CLUB
Las Gangas de un Berubyano
Me gustaría escribir así, te felicito. Sos un geniooooooooo
ResponderEliminartigra
traffic-club
tigra-cuentosdehorror
Excelente prosa, y me ha gustado el detalle de la fuente en plan Olivetti. Un saludo.
ResponderEliminartraffic-club The Dark Critic
Ha estado bastante bien.
ResponderEliminarSaludos.
TRAFFIC CLUB
Hola José:
ResponderEliminarMuy interesante tu nueva novela... La conseguiré y ya te diré... por lo leído aquí, tiene muy buena pinta!!
También te comento que te he otorgado un Liebster Blog Award, ya que el compañero José Maria Mera me lo dio el otro día... Para acceder al post, te dejo el enlace:
http://tavernamasti.blogspot.com.es/2013/09/premio-bloggero-liebster-blog-award.html
Saludos compañero! :D
Traffic Club.
La Taverna del Mastí.
Hola Jose, oye que arduo trabajo le espera a la casera, limpiando sangre y sesos desperdigados por ahí, saludos
ResponderEliminarTRAFFIC CLUB
CUENTOS DE TERROR Y PROFECIAS
Muy bueno, soy dueño de mi silencio, esclavo de mis palabras.
ResponderEliminarTRAFFIC CLUB, Fútbol y Tenis, más que un juego